Lucía Ueda
1946 - 2007
En el año 1986, el entonces Grupo de Autoconciencla de Lesbianas Feministas (GALF) recibió a Lucía Ueda, una muy reconocida lesbiana en la comunidad lésbica, que se acercaba muy interesada al feminismo lésbico.
Mujer limeña y nikkei, con una amplia cultura, de carácter fuerte pero tierna y con un sentido del humor fino, luchadora rebelde y muchas veces anárquica, exquisita en sus gustos y sencilla en su vivir, Lucía se involucró inmediatamente con el trabajo del GALF.
Junto con Rebeca Sevilla y Gissy Cedamanos, participó en la primera presentación pública (fuera de los espacios feministas) de las lesbianas peruanas, un panel sobre homosexualidad en el Auditorio del Hospital Rebagliati, frente a médicos y enfermeras que repetían sin cesar que las lesbianas éramos enfermas a las que había que tratar. ¡Era el año 1987!
Lucía tenía una vena maravillosa para la escritura, por lo que a través de Al Margen (boletín del GALF), le comunicó a la comunidad lésbica su posición, sus dudas y, sobretodo, sus sueños, sus utopías.
En uno de sus textos dice que la Biblia es el best-seller del patriarcado y que, cuando se funda la iglesia católica romana (gran influencia del ascetismo griego y las religiones orientales), el ejercicio de la sexualidad - una de las expresiones más enriquecedoras, más ricas de la vida humana - se convierte en un estorbo para la mística y la meditación, siendo solamente dable para fines de procreación, nada de recreación.
A través de los talleres y grupos de autoconciencia del GALF, Lucía llegó a muchas jóvenes lesbianas. Una cualidad de Lucía es que sabía escuchar. Había estudiado psicología en la Universidad Católica, que nunca terminó, pero esos conocimientos ayudaron a muchas lesbianas a superar problemas derivados de la discriminación: vivir doble vida, no aceptarse, intentos de suicidio; así como los problemas derivados de las relaciones patriarcales de pareja: celos, dominación, violencia.
Con los años, Lucía entra al MHOL, donde continúa con los talleres para lesbianas todos los lunes. Para las lesbianas jóvenes y mayores que se acercaban temerosas y/o expectantes, Lucía fue la primera persona que les dio la bienvenida en este espacio y fue su guía y compañera en todo momento. Muchas de estas lesbianas son actualmente activistas y lideresas de los diferentes grupos lésbicos de Lima y reconocen que fue Lucía quien les cambió la vida. Fue directora ejecutiva del MHOL de 1995 a 1996.
Su frase: “¡Yo te saludo, amiga!”
La temprana partida de Lucía, mujer luchadora, amiga especial y siempre recordada, dejó un gran vacío entre las lesbianas feministas, las feministas y la comunidad lésbica.
¡Nosotras te saludamos, Lucía!
1946 - 2007
En el año 1986, el entonces Grupo de Autoconciencla de Lesbianas Feministas (GALF) recibió a Lucía Ueda, una muy reconocida lesbiana en la comunidad lésbica, que se acercaba muy interesada al feminismo lésbico.
Mujer limeña y nikkei, con una amplia cultura, de carácter fuerte pero tierna y con un sentido del humor fino, luchadora rebelde y muchas veces anárquica, exquisita en sus gustos y sencilla en su vivir, Lucía se involucró inmediatamente con el trabajo del GALF.
Junto con Rebeca Sevilla y Gissy Cedamanos, participó en la primera presentación pública (fuera de los espacios feministas) de las lesbianas peruanas, un panel sobre homosexualidad en el Auditorio del Hospital Rebagliati, frente a médicos y enfermeras que repetían sin cesar que las lesbianas éramos enfermas a las que había que tratar. ¡Era el año 1987!
Lucía tenía una vena maravillosa para la escritura, por lo que a través de Al Margen (boletín del GALF), le comunicó a la comunidad lésbica su posición, sus dudas y, sobretodo, sus sueños, sus utopías.
En uno de sus textos dice que la Biblia es el best-seller del patriarcado y que, cuando se funda la iglesia católica romana (gran influencia del ascetismo griego y las religiones orientales), el ejercicio de la sexualidad - una de las expresiones más enriquecedoras, más ricas de la vida humana - se convierte en un estorbo para la mística y la meditación, siendo solamente dable para fines de procreación, nada de recreación.
A través de los talleres y grupos de autoconciencia del GALF, Lucía llegó a muchas jóvenes lesbianas. Una cualidad de Lucía es que sabía escuchar. Había estudiado psicología en la Universidad Católica, que nunca terminó, pero esos conocimientos ayudaron a muchas lesbianas a superar problemas derivados de la discriminación: vivir doble vida, no aceptarse, intentos de suicidio; así como los problemas derivados de las relaciones patriarcales de pareja: celos, dominación, violencia.
Con los años, Lucía entra al MHOL, donde continúa con los talleres para lesbianas todos los lunes. Para las lesbianas jóvenes y mayores que se acercaban temerosas y/o expectantes, Lucía fue la primera persona que les dio la bienvenida en este espacio y fue su guía y compañera en todo momento. Muchas de estas lesbianas son actualmente activistas y lideresas de los diferentes grupos lésbicos de Lima y reconocen que fue Lucía quien les cambió la vida. Fue directora ejecutiva del MHOL de 1995 a 1996.
Su frase: “¡Yo te saludo, amiga!”
La temprana partida de Lucía, mujer luchadora, amiga especial y siempre recordada, dejó un gran vacío entre las lesbianas feministas, las feministas y la comunidad lésbica.
¡Nosotras te saludamos, Lucía!
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